E
Ekaiza (término)
Ekaiza (término)
emburriar (cambiar, revolver una cosa (no me emburries el cuaderno)
embotar (en tarros hervidos pimientos, tomate, verduras etc, para su conservación
empapuzar (comer demasiado)
empiorar (empeorar)
encalar (echar algo al tejado, balcón )
encrisparse (encrespar) “se encrispa por cualquier cosa…”
enhebrar (a la aguja…)
engañapastor (pájaro)
engavillar (hacer fajos (gavillas) de abarras (ramas), cereales etc)ensainada (ensaimada) (bollo dulce de pasta hecho con elementos de cerdo y…)
entoavía (todavía)
envasador (para pasar líquidos a botellas…)
eras (de trillar)
erregu (regacho natural muy profundo hecho por las grandes lluvias)
escachar (pegar hacia abajo en la cab.)
escachuflado (aplastar, escachar)
escaldarse (p.e. escaldau con agua hirviendo)
escaleras (eran de madera rústica)
escapulario (imágenes en textiles con la virgen o santos y con lazo para poner al cuello)
escolinchar (colgarse con las manos de algún lugar)
“al esconderite” (escondite) juego de niños)
escuara (de labranza...para recoger mies)
escuela (el nombre antiguo de colegios)
escurrir (…escurre la ropa mojada y tiéndela en el rastrojo)
Espaltza (fuente y término)
espantapájaros (figuras humanas u objetos para espantar en las fincas a los bichos)
esparatrapo (esparadrapo)
esparceta (planta forrajera para el ganado, frecuente en los campos)
esparcir (extender)
esparto (parecido a la cuerda grueso) usado para atar haces de mies)
espliego (planta melífera muy común en el pueblo y frecuentada por abejas)
esquilador (el encargado a pago, de esquilar a las caballerías, asnos etc) estaca (palo corto con punta para delimitar tierras)
estacazo (golpe muy fuerte, simulando a una estaca…)
estañador (arreglaba con estaño pucheros…(todos los recipientes metálicos)
estufa (…de leña en la escuela)
Etxabarri (pueblo)
Etxabarrionda (término)
Etxarburu (término)
Extremaunción (sacramento-rezos que recibía siempre el moribundo)
HUMOR
Pedida de nalgas.
Un muchacho, llamó a la puerta de la casa de su novia, estudiante en ese momento en la Universidad de Salamanca.
Por casualidad, le tocó abrir, al padre de la muchacha:
Pedida de nalgas.
Un muchacho, llamó a la puerta de la casa de su novia, estudiante en ese momento en la Universidad de Salamanca.
Por casualidad, le tocó abrir, al padre de la muchacha:
-Pues, verá, vengo a hablar con usted.
-Bueno, pues, pasa hacia dentro y vayamos a la sala y ahí me cuentas de qué quieres hablar conmigo.
-¿Y bien, dime lo que deseas?
Mire señor, aunque no le conocía a usted, quiero decirle que soy el novio de su hija y que nos gustaría compartir nuestras vidas, casándonos.
El padre de la muchacha, un poco sorprendido, sonrió: "Pues está muy bien eso de que querais casaros, pero cuéntame, muchacho, ¿qué tal, ya cuentas con un sueldo digno para vivir, sustentar a mi hija, a los hijos que vengan… y tal?
El padre de la muchacha, un poco sorprendido, sonrió: "Pues está muy bien eso de que querais casaros, pero cuéntame, muchacho, ¿qué tal, ya cuentas con un sueldo digno para vivir, sustentar a mi hija, a los hijos que vengan… y tal?
El joven, con todo el aplomo de mundo, contesta:
-Mire, aunque soy auxiliar de enfermería titulado, todavía no ejerzo, pero trabajo en un negocio, aunque gano poco. Sin embargo, su hija ya me ha dicho lo que ganan su distinguida esposa y usted. Confío en tener una pequeña ayuda de ustedes, para poder pagar el teléfono, el agua, la luz y el alquiler del supermercado.
Un poco sorprendido por la respuesta, el padre le hace otra pregunta:
-Bueno, ¿y piensan comprar un apartamento o casa? ¿O preferís más bien a renta?
El joven, con mirada inocente, contesta:
-Si antes le pedí una pequeña ayuda para poder ir viviendo, habíamos pensado que, como esta casa es muy grande y pueden vivir bastante bien dos matrimonios, pues, que no nos sería necesario comprar o alquilar apartamento o casa. Nos gustaría vivir con ustedes, -digo yo.
El señor, nuevamente desconcertado por la actitud del muchacho, continuó con el interrogatorio:
-Oye, y ¿tienes automóvil?
El joven, sonriendo con inocencia, responde:
-Mire, no tengo coche, pero había pensado también, que como usted tiene coche, es ya algo mayor y lo usa poco, pues, para qué vamos comprar uno más, lo podríamos usar los dos y así no nos gastamos comprando otro...
En ese instante, entró en la sala la madre de la novia, quien, mirando primero al joven, a quien todavía no conocía, y luego a su esposo, preguntó cordialmente:
¿Se puede saber de qué hablais y quién es este joven?
El esposo respondió:
-Si querida mía, ¡qué bueno que hayas entrado!, quiero presentarte al señor Gallina, futuro marido de nuestra hija.
El joven, un poco desconcertado y molesto, dice:
-Oiga, qué no me llamo señor Gallina, -que me llamo Facundo Rodríguez... sabe?
A lo que el presunto suegro le reafirmó:
Y bueno, grandísimo infeliz, ¿cómo demonios quieres que te llame, si hasta ahora lo único que vas a poner, son los huevos…?
No hay comentarios:
Publicar un comentario